Enamorada y tonta deje de
desnudar mi alma, para vestirla con imposiciones con el fin de agradar a
alguien a quien poco le importaba lo que pasaba sino le afectaba de manera
directa; sin querer acepte una dictadura, viví con miedos, con limites,
castrando mis ideales, mis sueños, atando mis alas y quemando mis sueños y todo
“por amor”
El dictador sigue vivo, no ha
sido derrocado solo que al parecer se cansó de mí y se ha alejado, lo que
aparentemente no vio es que con él se
llevó las cadenas y dejó la puerta abierta, puerta que me negaba a cruzar por
miedo a saber que había detrás…
En un principio llore y sufrí su
ausencia, su abandono, deambule por la casa como si no supiera que hacer, me
sentir sola, vulnerable, una niña indefensa, no era dueña de nada, ni siquiera
me sentía dueña de mí.
Me arme de valor, cerré mis ojos
por la luz que me cegó al cruzar la puerta, mis pies conocieron más allá de mis
cuatro paredes, mis sentidos se activaron, mis ojos se adaptaron rápido al
nuevo brillo y corrí!! corrí! corrí!!
Al fin tenía en mis manos la oportunidad de
comenzar de nuevo, de empezar a volar, se ser libre
